Exposición individual.
Casa Maauad, Ciudad de México.
Del 8 de diciembre de 2016 al 21 de enero de 2017.
www.casamaauad.com
Fotografías de la sala: P.J. Rountree.
Juan José Martín Andrés
Mexicanos, al grito de guerra
Desde el décimo día de su mandato, en diciembre del año 2006, el ex presidente Felipe Calderón declaró la guerra al narcotráfico. Desde entonces, México es escenario de innumerables escenas de violencia y crispación social. Entre los actores: elementos del Ejército en las calles, los exabruptos de los cárteles de las drogas y las víctimas que, según diferentes estimaciones, alcanzan ya unos 150 mil muertos y 28 mil desaparecidos. También en la escena, pero apenas advertidos, se encuentran los miles de desplazados por la violencia, las afectaciones económicas y las tensiones sociales de un país que además debe lidiar con la corrupción de la clase política, las constantes violaciones a los derechos humanos, la estrecha relación de los poderes con los grandes medios de comunicación y la inestabilidad económica.
Desde entonces, agentes de distintos ámbitos se han preguntado cómo elaborar este proceso que sigue en curso; cómo empezar a hablar del duelo, cómo nombrar los elementos de esta crisis, cómo oponerse a esa forma de hacer política. Es en esa línea de trabajo crítico que se inscribe Mexicanos al grito de guerra, proyecto del artista Juan José Martín Andrés (Soria, España, 1978), el cual se exhibe en Casa Maauad exactamente una década después del inicio de la llamada guerra contra el narcotráfico.
La instalación resulta de la curiosidad del artista en su observación del entorno social y de las políticas de representación del citado conflicto. En el espacio de la galería, Martín Andrés despliega una selección de portadas que el semanario de información política Proceso publicó durante la última década. Extraídas de su colección personal de revistas, se trata de aquellas que se ocupan de la guerra contra el narcotráfico, los cambios en las políticas que la han sostenido y de los actores implicados.
El puro gesto de realizar una selección de las portadas, así como su disposición en el espacio, otorga ya una potente dimensión del paso del tiempo. Pero a la narración mediante imágenes y textos, un tipo de construcción dramática en la que destacan la gestualidad de los personajes, sus roles casi arquetípicos y diversos momentos de clímax, el artista añade una lente particular. Para hacerlo, sobrepone a las portadas de la publicación seis estrofas del Himno Nacional Mexicano: una por cada año del sexenio de Felipe Calderón.
Impresas en un papel semitransparente, como una lente o un filtro, las letras del Himno median la relación de la mirada con aquello que recubren: a mayor cantidad de portadas –según el año del que se trate–, menos se lee el Himno; a mayor cantidad de texto del Himno, menos se ven las portadas. De esa manera, la obra juega con una serie de imbricaciones y cancelaciones mutuas. En tal sentido, las referencias bélicas que en la lírica del símbolo patrio enarbolan la soberanía y la libertad, se ven enfrentadas con las retorcidas nociones de heroísmo de la retórica en la guerra contra el narcotráfico, bastante lejos del honor y de los laureles en la historia reciente de nuestro país. Por otra parte, el Himno que, compuesto a mediados del siglo XIX, no tendría por qué ser un reflejo literal del momento histórico, se lee con una actualidad inquietante.
Christian Gómez
Fotografías de la sala: P.J. Rountree.
PRENSA:
Artículo en Excelsior por Sonia Ávila. «Casa Maauad. Una memoria de la violencia»
Entrevista de Andrea García Cuevas para GASTV. «Entrevista | Juan José Martín Andrés»